“Cada vez más empresas están evaluando baterías de respaldo, almacenamiento energético y sistemas inteligentes de gestión”, dice Sebastián Bernstein, Gerente de Desarrollo y Procesos de IE.
A nueve meses del mega apagón del 25 de febrero de 2025, la pregunta sigue vigente: ¿qué ha cambiado realmente en la infraestructura eléctrica chilena? La falla en un tramo crítico de transmisión dejó en evidencia vulnerabilidades que el sistema arrastra desde hace más de una década: líneas saturadas, falta de redundancias y una gestión de contingencias que —según expertos— aún requiere mayor modernización.
Aunque se han implementado mejoras operacionales, nuevos protocolos de protección y mayores exigencias de monitoreo, aún quedan oportunidades para seguir fortaleciendo el sistema y reducir el riesgo de futuras interrupciones. Parte de la infraestructura continúa operando con altos niveles de exigencia, por lo que algunas zonas requieren inversiones adicionales para mejorar la resiliencia y asegurar una recuperación más eficiente ante eventuales contingencias.
En este contexto, IMELSA ENERGÍA ha intensificado su trabajo preventivo, monitoreando la evolución de estos cambios y asesorando a sus clientes en estrategias de continuidad operacional. Para Sebastián Bernstein, Gerente de Desarrollo y Procesos de IE, “cada vez más empresas están evaluando baterías de respaldo, almacenamiento energético y sistemas inteligentes de gestión, herramientas que permiten enfrentar contingencias sin detener sus operaciones y reducir el impacto de eventuales fallas sistémicas”.
La atención crece con nuevas advertencias. Diversas compañías y especialistas han señalado que el sistema eléctrico chileno opera actualmente en “estado de emergencia”, tras nuevas fallas en el mismo tramo de transmisión asociado al apagón de 2025. Esta situación reabrió la posibilidad de racionamiento eléctrico para el verano 2026, periodo históricamente crítico por la alta demanda y las tensiones hídricas.
Un racionamiento podría traducirse en restricciones temporales, ajustes tarifarios, reducción de capacidad disponible y mayores riesgos para industrias, comercios y hogares. Para los clientes de IMELSA ENERGÍA —muchos de ellos altamente dependientes de la continuidad eléctrica— este escenario subraya la importancia de anticiparse.
Por ello, IE recomienda evaluar soluciones de respaldo energético, almacenamiento con baterías y planes de eficiencia, que permiten no solo enfrentar eventuales cortes, sino también optimizar consumos y mejorar la estabilidad operativa frente a un sistema que atraviesa uno de sus periodos más desafiantes en más de una década.
“Hemos dispuesto un equipo especialista que está disponible para el análisis que cada cliente requiere para adelantarse a los nuevos posibles escenarios. Además, estamos generando alianzas para que nuestros clientes tengan opciones de financiamiento en condiciones especiales y customizadas”, concluye Bernstein.
Actualización del Plan de Recuperación de Servicio
El Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) publicó la actualización 2025 del Plan de Recuperación de Servicio (PRS), que define cómo restablecer el suministro ante apagones totales o parciales. Entre las novedades destacan nuevos Centros de Operación para la Recuperación (COR) en la zona sur, nuevas rutas de energización y alternativas para áreas como Quinta Costa y Cerro Navia. El plan incorpora además esquemas ERS, pruebas operativas adicionales y ajustes derivados de aprendizajes post apagón del 25 de febrero. También se revisaron recursos de generación futuros y se proyecta una nueva Área Costa Norte.

